Un
total de 32 investigadores, expertos y académicos en el ámbito de las monedas
sociales nos reunimos durante tres días - 5, 6 y 7 de abril - en Villarceaux,
un espacio rural ubicado a 100 kilómetros al norte de Paris, bajo el lema de
“Soberanía, ciudadanía y pluralismo monetario”. Durante los tres días los
participantes aprovechamos además para conocernos o reencontrarnos de nuevo y
compartir conocimientos y experiencias más recientes.
El
Foro fue organizado por el Instituto
Thorstein Veblen que volvió a reunir a muchos de los especialistas que ya
habían participado el 18 de marzo en el seminario «L’unité
dans la diversité monétaire» y en el cual se había abordado la cuestión del
euro y la fragmentación del sistema monetario y financiero europeo, en el que
los estados periféricos no pueden más que con sus propias instituciones
financieras nacionales y los planes de austeridad están empobreciendo a sus
habitantes, acentuando los desequilibrios estructurales que son los que están
en el origen de la crisis del euro.
En
las conversaciones informales mantenidas con muchos de los especialistas
reunidos en Villarceaux se pudo apreciar que consideran posible salvar al euro,
es decir, como una unidad de cuenta y de pago común entre los países que lo
deseen, a condición de que se reconozca en el desarrollo en el plano local,
regional y nacional otros instrumentos monetarios complementarios al euro. Una
opinión que ya nos es conocida a través de Bernard Lietaer, quien considera que
no se trata de suprimir el euro, sino de dotarse de un ecosistema monetario que
dote al sistema monetario de la elasticidad necesaria para que salvando el
principio de subsidiariedad, proporcione resiliencia a las regiones y a las
economías locales.
Sobre
este fondo es como se comprende la participación estelar de un invitado de lujo
al Foro de Villarceaux: Pedro Páez, Superintendente al Control del Mercado
(Ecuador) quien expuso los principios y razón de ser del Banco del Sur y el
proceso de emancipación monetaria que están viviendo los países
latinoamericanos de la Alianza Bolivariana, aglutinados alrededor del SUCRE,
nacido como resultado de la terrible crisis financiera vivida por Ecuador y que
produjo un colapso del tejido social en toda Latinoamérica y el nacimiento de
los clubs de trueque en Argentina.
Los
organizadores brindaron a Pedro Páez la posibilidad de exponer cómo había
reaccionado la población de su país, la búsqueda de soluciones y la creación de
sistemas financieros desde la base. De hecho, en el Ecuador hay 15.000 bancos
comunitarios y 3.000 cooperativas. Se instruye a la gente más popular en los
principios básicos de contabilidad y finanzas y se busca de forma persistente
otra clase de forma de vida: “Buen vivir”, una expresión que proviene del
idioma quechua “Sumak Kawsay”, para que las familias más humildes puedan
sobrevivir en armonía con la Pachamama o madre tierra, y que está introducida
incluso en la actual Constitución del País.
La
exposición de Pedro Páez proporcionó un buen conocimiento de cómo el Fondo
Monetario Internacional había obligado a dolarizar su economía y prescindir de
su propia moneda nacional, lo cual provocó una extraordinaria escasez de moneda
y que le llevó a recomendar a los europeos que resistan y no sucumban a los
imperativos de los mercados financieros internacionales. Según su opinión lo sucedido
en España es dramático al desmantelar las Cajas de Ahorro y convertirlas en
bancos, lo contrario a considerar al sistema financiero como un servicio
público.
El
representante ecuatoriano expuso también cómo sus compatriotas habían luchado
contra la crisis y descubierto que la oxidación de la moneda – mecanismo
antiespeculativo y antiacumulativo propugnado por el economista Silvio Gesell a
principios del siglo pasado y adoptado por numerosas iniciativas de monedas
locales - no es necesaria en Latinoamérica debido a la hiperinflación, así como
el mundo de posibilidades que se abren con la utilización de los teléfonos
móviles.
La
doble intervención de Pedro Páez en el fin de semana elevó el nivel de lo tratado
a un plano macroeconómico muy diferente de las experiencias locales que se
presentaron también en este foro, concretamente las moneda francesas Luciole, Messure
y Sol-Violette (la más significativa esta última con la participación del
primer Teniente de Alcalde de Toulouse), las monedas inglesas de transición
Bristol Pound y Brixton Pound y la futura moneda de la ciudad deNantes. También de gran interés fue la intervención del tunecino Lofty Kaabi,
Consejero de la Presidencia en materia de Innovación Social y responsable del
Proyecto de Banco de Tiempo de Túnez. Se trata de una iniciativa de lucha
contra la pobreza planteada en cuatro niveles: salud, educación,
emprendedurismo y medioambiente. La combinación entre la moneda nacional y la moneda
complementaria se presenta como una oportunidad para actuar sobre la pobreza,
movilizando a un total de 25.000 personas en todo el país. Está previsto que el
arranque de la iniciativa tenga lugar en noviembre de 2013.
(para
más información sobre monedas sociales en Francia, recomendamos consultar la
web
(Otra
web para aquel que quiera conocer de primera mano la realidad
de las monedas complementarias en el país vecino es la gestionada por el
Institut Palmas Europe, Monnaies en Débat)
En este foro
tuvimos la oportunidad de participar desde España Miguel Yasuyuki, Enric
Montesa y yo mismo, gracias a ambos por vuestra colaboración y ayuda para
elaborar este post; Miguel es avezado colaborador de este blog, Master en
Economía Social por la Universitat de Valencia además de un gran investigador y
promotor de monedas sociales por todo el mundo, Enric es economista y miembro del grupo
promotor de la moneda social de Russafa (Valencia).
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